domingo, 30 de marzo de 2014

El Espigüete de Juan Díaz-Caneja...

“… es difícil encontrar, en no importa que país, una montaña pequeña más atrayente que la Peña de Espigüete” John Ormsby, 1871.



El Espigüete

Recuerdo con gran cariño el día que el Espigüete entró en mi vida. Fue el 3 de Octubre de 1992. Aquel año había conocido los Picos de Europa de la mano de mi buen amigo y maestro montañero, Pepe García, y gracias a mi madre que nos dejaba ir y a mi padre que se venía con nosotros, empecé a descubrir el mundo de las alturas. Aquella debió ser una experiencia tan bonita que algo empezó a florecer en mi interior, “pasión por la montaña”, al igual que el título de uno de los libros que casualmente nos regalaron en alguna navidad de mi infancia.

Así que, cuando Pepe nos comentó la idea de subir al Espigüete creo que no debí dudar ni un momento la respuesta: “¡Por supuesto que voy!”. No tenía ni idea de donde estaba el Espigüete, ni lo que medía, ni por donde se subía, ni si sería fácil o difícil, pero tenía claro que quería ir y subirlo. Podría haber sido cualquier otra montaña, pero fue el Espigüete, una enorme mole caliza de 2.451 metros que con su sugerente perfil, aislado y sobresaliendo de entre las cumbres que le rodean, domina el macizo de Fuentes Carrionas y atrae las miradas de quien se aproxima desde el sur a esta maravillosa zona de la Cordillera Cantábrica. Tan bello es su porte, que desde siempre ha atraído e invitado a quien lo contemplara a subir a su cumbre. Y en este precioso y soleado día del otoño del año 1992 me llegaba el turno de probar suerte en sus laderas y disfrutar con una de las más bellas ascensiones que recuerdo en mi vida de aprendiz de montañero.

Aquel día no me imaginaba ni por asomo que, en adelante, mi vida giraría en torno a esta preciosa montaña. Pues, en el Espigüete, he pasado preciosas jornadas en compañía de amigos, profesores y alumnos. En sus laderas tuve la enorme suerte de conocer a Maika, una gran persona que, a día de hoy, es mi mujer y madre de mis dos hijos. Y hace ya casi 15 años que me vine a vivir a Guardo, a la Montaña Palentina, a la sombra del Espigüete. ¿Acaso se le puede pedir más a una montaña? Pues, como pedir no cuesta dinero, me gustaría no tener que recordar a dos buenos amigos montañeros, Juanma y Alberto, que en el mes de Marzo del año 2010 se quedaron en el Espigüete para siempre. Dos preciosos rebecos cuidan de nosotros en esa cumbre desde aquel día, ¡un abrazo amigos!.

Tampoco me imaginaba aquel 2 de Octubre de 1992, que, justo 100 años antes, en 1892, el Conde de Saint Saud, al que tampoco conocía de nada, y su grupo realizaban la misma ruta que estábamos haciendo nosotros, subiendo por el corredor Norte y bajando por la pedrera de la cara Sur, realizando la que sería, posiblemente, la tercera ascensión deportiva a esta cumbre.
Eso lo descubrí unos años más tarde cuando cayó en mis manos el libro “Historia del Montañismo Palentino” de Alejandro Díez Riol (se puede descargar en versión digital en este enlace), al que tengo el gran honor de tener entre mis amigos gracias a las montañas. En ese interesante y completo trabajo descubrí a muchos personajes que habían sido atraídos por el magnetismo de esta cumbre y las aventuras que habían pasado en ella. De esa manera empecé a interesarme cada vez más por la historia de aquella atrayente montaña.


Las Primeras Ascensiones al Espigüete

Nunca sabremos quien fue el primero que puso su pie en esta preciosa cumbre, pero lo que si sabemos es que la primera ascensión conocida y documentada a Espigüete se le atribuye al geólogo gallego Casiano de Prado yVallo. Subió en el año 1854 y nos “regaló”, entre otras cosas, esta preciosa frase que resume el placer que le causaba subir montañas y con la que me identifico plenamente: “… Y aún cuando la geología no tuviese ningún atractivo para mí y al encaramarme a las cumbres no llevase otro objeto que contemplar el magnífico panorama que se ofrecía a mi vista, ¿pudiera no contar aquellas horas entre las más gratas de mi vida?” (Casiano de Prado y Vallo, 1854).

Algunos años más tarde, entre 1861 y 1871, un grupo de militares españoles ascendieron repetidas veces al Espigüete con el fin de instalar una torreta geodésica y hacer mediciones cartográficas y científicas.

En 1871, de ser cierta la ascensión, ya que no hay relato que la describa detalladamente, el inglés John Ormsby podría haber realizado la primera ascensión deportiva a esta cumbre. Lo mismo sucede con el leonés Antonio Valbuena que podría haber subido en 1886 firmando la segunda ascensión sin fines científicos, sino simplemente por el hecho de disfrutar de la ascensión y la montaña.

El 6 y el 7 de Agosto de 1892 el viajero francés Aymar d’Arlot Conde de Saint Saud, Paul Labrouche, François Bernat-Salles, Vicentón Marcos y Tomás Casado-Casquero realizan la tercera ascensión deportiva al Espigüete y lo plasman en un relato acompañado de una imagen en la que se ve al grupo durmiendo en la cumbre de la montaña con una precaria tienda, todo un atrevimiento para la época después de haber oído las mil y una cosas negativas que los vecinos de la zona les decían que les iban a pasar allí arriba. Saliendo de la localidad leonesa de Valverde de la Sierra subieron por el corredor Norte y, tras pasar la noche en la cima, bajan al día siguiente por la pedrera de la cara Sur y el valle del Río Chico hasta el pueblo palentino de Cardaño de Abajo. De aquella ascensión hicieron un detallado mapa y podemos disfrutar de un apasionante relato que formó parte del libro “Le Tour du Monde” escrito por Jean Marie Hippolyte Aymar d’Arlot Conde de Saint Saud.

23 años tuvieron que pasar desde la ascensión de Saint Saud para que nos llegara otro relato de ascensión al Espigüete. Fue en 1915 y lo firmó, el leonés afincado en Palencia, Juan Díaz-Caneja y Candanedo, publicándolo junto con otros relatos de montaña en un sencillo y emocionante libro titulado “Cumbres Palentinas. Impresiones”.


El Espigüete de Juan Díaz-Caneja, 15 Julio 1915

Descubrí a Juan Díaz-Caneja y Candanedo en el libro “Historia del Montañismo Palentino” de Alejandro Díez Riol. Y fue un personaje que me enganchó desde el primero momento. “El Pionero” se titula el capítulo que le tiene como protagonista, y gracias a él pude descubrir los bellos relatos de sus aventuras por la Montaña Palentina. Una de las que más me llamó la atención fue la que protagonizó en el Pozo Curavacas, cuando, para desmentir la leyenda popular que relataba como una serpiente habitaba aquellas aguas y devoraba a todos aquellos que osaban acercarse, decidió meterse a navegar con una pequeña embarcación llamada “El Desencanto”. Está claro que tenía que ser alguien especial, cuando se atrevió a hacer semejante cosa en aquellos años. Pero es que, además de ser un gran montañero, Díaz-Caneja escribió varios libros en los que contaba todos sus viajes y aventuras que son todo un disfrute para el lector, y más aún si conoce y ama las montañas, como era mi caso cuando lo descubrí. En 1915, Díaz-Caneja publicó el libro “Cumbres Palentinas. Impresiones”. Un precioso libro en el que, entre otras historias, relata su ascensión al Espigüete realizada ese mismo año.


Alejandro Diez Riol, en su libro “Historia del Montañismo Palentino” y con los datos con los que contaba en aquel momento, supuso que Juan Díaz-Caneja y sus dos acompañantes, César Sobrado y Genaro, subieron y bajaron por el corredor Norte, siguiendo la vía utilizada por el Conde de Saint Saud. Y, en efecto, leyendo el relato de Díaz-Caneja y viendo las imágenes que lo acompañaban, aquella suposición era totalmente factible. Por ello, al no ser una ascensión que aportara nada “nuevo” en el ámbito montañero, es una actividad que pasó un poco desapercibida, a no ser por el interesante y divertido relato que la acompaña.

Pero en el año 2006 aparece un “misterioso” libro publicado por Región Editorial en el que se recupera el texto de “Cumbres Palentinas. Impresiones” de Juan Díaz-Caneja. El libro titulado “El Misterio de Aguilar y otros relatos de montaña”, editado por Carmen Villamor, es todo un lujo para los enamorados de la Montaña Palentina, pues, en él, podíamos volver a disfrutar de los relatos de “Cumbres Palentinas”, libro muy difícil, por no decir imposible, de conseguir en aquellos días.
Hasta aquí nada raro, pero resulta que en este libro aparecieron nuevas fotografías de la ascensión al Espigüete que llamaron mi atención y la de algunos montañeros que nos preguntábamos de donde podrían ser. Esas fotos no eran de la cara Norte como debieran ser. Esas fotos parecían hechas en la arista Este. Así que decidí investigar para ver si encontraba el lugar exacto y así intentar reconstruir la ascensión de Juan Díaz-Caneja y sus dos acompañantes, César Sobrado y Genaro.


Varios intentos me costó dar con los lugares en los que había tomado esas imágenes Juan Díaz-Caneja. Pero, al fin, di con ellos. Y la verdad es que fue una gozada pulsar el disparador de la cámara de fotos en el lugar exacto en el que Juan Díaz-Caneja tomó esas imágenes cien años antes. Una alegría enorme y una extraña sensación se produjeron en mi interior cuando, después de seguir los pasos de un personaje que tanto admiraba, en una especie de investigación de película de detectives, conseguí recorrer la misma ruta y hacer las mismas fotos que Él. Fue una especie de “conexión” con el Pionero, todo un honor para este humilde montañero.

Así pues, de ser cierto que Díaz-Caneja solo subió una vez al Espigüete, las fotos demuestran que subió por la arista Este realizando la primera ascensión conocida por esta vía, que erróneamente se le atribuye a Ángel Sopeña y Orueta el 25 de Julio de 1946.



La primera ascensión de la Arista Este

Comienza el relato, Díaz-Caneja, diciendo que la noche anterior a la ascensión  durmió en el pueblo palentino de Alba de los Cardaños. Al día siguiente parte hacia Espigüete a caballo acompañado de César Sobrado, su compañero de viaje, Genaro, el mozo que les arrendó las caballerías y “Cóncholis”, un pastor que les acompañaría hasta la base de la montaña y luego llevaría los caballos hasta el Collado de Arra o Arras, como lo llamó Díaz-Caneja.

“… y al amanecer monté a caballo y caminé en busca del alto pico”.

Inician la ascensión en animada charla en la que Cóncholis les relata como un jabalí mordió a Genaro en una cacería en la zona de Piedrasluengas. Tan animada es la charla que Díaz-Caneja no hace alusión ninguna a la ruta que siguen, por lo cual son todo suposiciones lo que se pueda decir acerca del recorrido que hicieron. Pero hay varios datos que nos podrían dar pistas sobre la ruta. Y es que, cuando se separan de Cóncholis, Díaz-Caneja describe al Espigüete como triangular, alude a la poca vegetación existente, a que llegaron por una “senda riscada” que sube en zigzag por una fuerte pendiente y a que dejaron las cabalgaduras a unos dos mil metros sobre el nivel del mar en una Quebrada desde la que empiezan a bajar hacia una valleja que les separa de la pared septentrional.

“… repechos duros sobre los que zancajeaba trabajosamente la senda riscada…”

Con todos estos datos, que no son pocos, pero ninguno muy esclarecedor, mi teoría es que, desde Alba, siguieron el curso del Río de Las Lomas hasta cerca de Cardaño de Arriba. Desde ese punto tomaron la senda que recorre el Valle de Arrilla que sube haciendo varios zigzags hasta una suave loma que le sirve de divisoria con el Valle de Mazobre. Esa loma tiene un pequeño colladín que podría ser la “Quebrada” a la que hace referencia Díaz-Caneja. Desde ese punto dice que bajaron directos por el “despeñadero”, topónimo al que Miguel Ángel Adrados hace referencia en su mapa de Fuentes Carrionas. Lo único que no cuadra es lo de los dos mil metros de altura, pero como alude a una altura aproximada cuando dice “a unos”, lo doy por válido, porque ni siquiera el collado de Arra se encuentra a esa altura.

“El cielo estaba limpio, transparente, y en él campeaba con poderío soberano “Pico Espigüete”, rígido, triangular […] A unos dos mil metros sobre el nivel del mar dejamos las cabalgaduras, las cuales conduciría Cóncholis a la collada de Arras […] comenzamos a bajar por un barranco para dominar la valleja profunda que separa la pared septentrional del pico de la Quebrada que acabábamos de abandonar.”

Cóncholis debió seguir por un sendero que pasa bajo una cota redondeada denominada el Sillareto y que, pasando por la Majada Cimera de Mazobre y la Lagunilla del mismo nombre, llegaba hasta el punto donde había quedado en reunirse con el grupo de montañeros, en el collado de Arra.
El grupo de Díaz-Caneja, teniendo en cuenta donde fue tomada la primera fotografía de la arista Este, a unos 2.100 metros en un alto situado por encima del collado Cervunal, debió bajar hasta el Arroyo de Mazobre para después atacar la arista Este desde la Majada Espigüete, donde se encuentra el actual refugio de montaña de la cara Noreste.

“… corría un arroyo infantil […] y atrevidamente caminamos explorando la angostura. […] Hicimos fuerzas, y animosos comenzamos a trepar por el cantil de la peña…”



Una vez en la arista ya no da muchos más detalles de la ascensión y parece ser que llegaron sin más complicaciones a la cumbre. La segunda fotografía fue tomada cerca de una pequeña cumbre que se sitúa a 2.276 metros, justo antes de afrontar las últimas rampas que llevan a la cima Este del Espigüete. Así que, sin ánimo de imponer nada a nadie, decidí bautizar esta cota como la “Torre Díaz-Caneja” en homenaje a este gran montañero que tanto nos ha hecho disfrutar con sus relatos.

“Nos poseía el ansia de llegar, de vencer la pendiente, de escalar la cima última que teníamos a 500 metros, y asiéndonos a las aristas, por una ladera escarpada, pina, peligrosa, seguimos trepando. […] y en plena tarde, luminosa y feliz, conquistamos la altura que nos acercaba al cielo.”



De la bajada nada nos cuenta, pero es de suponer, aunque no seguro, que bajaran por la ruta del corredor Norte para ir al encuentro de Cóncholis y las caballerías en el collado de Arra.

“Iba cayendo el sol y el cielo se teñía de un rojo manchado con oro, cuando dimos con Cóncholis en la collada de Arras…”

De la bajada a Valverde de la Sierra tampoco hay detalle alguno, pues Díaz-Caneja relata como Cóncholis les terminó de contar la historia de Genaro y el jabalí de Piedrasluengas en alegre charla.

“Era de noche cerrada cuando atravesamos las praderías que rodean a Valverde de la Sierra […] Estábamos a quince de Julio, víspera de Nuestra Señora, fiesta de muchas mujeres bonitas, santo de mi pequeñuela, una rapacina que hoy tiene siete años, y que lleva el nombre virginal y fragante de Carmen.”

Y así termina este entretenido relato que nos dejó Juan Díaz-Caneja de su ascensión al Espigüete. La primera ascensión conocida por la arista Este, realizada el 15 de Julio de 1915.

Va por ti, Juan!, gracias de corazón por tu legado, y por todos los amantes de la montaña en general y del Espigüete en particular, que disfrutéis bellas jornadas recorriendo todos los rincones de esta impresionante peña.




“… Espigüete, por la gallardía de sus líneas, por la gentileza de su corte, es el pico más hermoso de toda la cordillera.” Juan Díaz-Caneja, 15 Julio 1915.



P.D. Gracias a la realización de este artículo he podido descubrir que la Biblioteca Digital de Castilla y León tiene a disposición del público copias escaneadas de los libros de Juan Díaz-Caneja. Todo un lujo para poder leer estos libros que es muy dificil conseguir a día de hoy.

                                                                                        Vidal Rioja Bertrand
                                                                                    Guardo, 10 Enero de 2014


Dedicado a mi buen amigo Juan José Blas Santos fallecido en accidente de montaña el 10 de Enero del 2014. Hasta Siempre Amigo, ¡un abrazo! ;)


Jose en la Arista Este del Espigüete (Foto: Andoni Becerra)

¡Saludos Esgalleros! =D

29 comentarios:

El Maquis dijo...

Me encanta

hambrunas dijo...

Me maravilla por activa, pasiva y perifrástica. Bien jugado Vidal, Juan Díaz Caneja y todos los coprotagonistas del relato

niblap dijo...

Impresionante Vidal. Muy bien escrito y detallado.

fer dijo...

Buaff... menudo erudito.
Un abrazo.

Vidal dijo...

Muchas gracias camarada Antonio!!! ;)

Muchas gracias Quico!!! Todo un honor para mí leer tus palabras!!! ;)

Muchas gracias Pablo!!! para lo cagaprisas que yo soy, este artículo lo escribí y reescribí varias veces y con mucha calma para compartirlo de la mejor manera posible con amigos tan buenos como vosotros!!! ;)

Aupa Fer!!!, muchas gracias por lo de erudito, pero nada más lejos de la realidad, ja, ja, ja... cansino contador de batallitas de montaña me va mejor, ja, ja, ja... Un abrazo amigo!!! ;)

Saludos Esgalleros y muchas gracias a todos por vuestras palabras y visita!!! A esgallaaaaaaaaaaaa!!! =D

Luis Crespo dijo...

Muy bueno Vidal!! y muy guapo la comparacion de las fotos

Andoni dijo...

Inpresionante documento. Menudo curro. Te ha debido llevar más escribirlo que recorrer esos itinerarios. Las fotos comparativas son preciosas. Un abrazo.
Andoni

Vidal dijo...

Muchas gracias Luis!, la verdad que es una gozada poder encontrar el sitio exacto donde se hicieron esas fotos y poder hacerlas también... momentos mágicos en la montaña! ;)

Muchas gracias Andoni!, pues si que es verdad que tardé en escribirlo, pero no tanto, ja, ja, ja... pero la verdad que tanto una cosa como la otra han sido puro disfrute en mi montaña favorita!... un abrazo amigo y muchas gracias por la foto! ;)

Saludos Esgalleros y muchas gracias a todos por las palabras y visitas!!!... A esgallaaaaaaaaa!!! =D

JonyMao dijo...

¡Grandísimo artículo, Vidal!

Rafa Solanilla dijo...

Pedazo de currada te has metido! un gran trabajo, está claro que cuando vaya al Espi, consultaré la guía A Esgalla, y de paso te aviso para tomar unas birras.
Un abrazo.

Vidal dijo...

Muchas gracias JonyMao!!! ;)

Aupa Rafa!, muchas gracias por lo que me toca y a tu disposición para todo lo que te pueda contar cuando vayas a venir para acá... y si avisas, y me dejan, y puedo, que son muchas variables que se tienen que aliar, je, je, je, hasta te acompaño, si me dejas, claro!... las birras las pago yo, que juego en casa, ja, ja, ja!!! un abrazo Amigo! ;)

Saludos Esgalleros y muchas gracias a todos por las palabras y visitas!!!... A esgallaaaaaaaaa!!! =D

edusimal dijo...

Cuanta historia esconde esa montaña y que bien nos la has resumido. Gracias.

Vidal dijo...

Gracias a tí por leertela Máquina!!! un abrazo!!! ;)

Iván xiblo dijo...

Guapo, guapo, me ha encantado y mas la dedicatoria a nuestro gran amigo Blas.Un abrazo

konico dijo...

Mucho trabajo, pero seguro que disfrutaste con ello. Es necesario sentirse muy motivado para hacer grandes cosas. Como este reportaje.
Saludos

Darío M.F. dijo...

Precioso, "currao" y perseguido(foto 2008, 2009), un gran trabajo y una bonita dedicatoria, felicidades Vidal.

Anónimo dijo...

Buen artículo y muy bien escrito.

Da gusto cuando uno tiene una pasión y sabe transmitirla. Aunque lo mio no es la gran montaña, casi que me están entrado ganas ganas de conocer el Espigüete, aunque sea de lejos. :-)

Enhorabuena por este post tan sentido y documentado.

José Temes dijo...

Interesante y bien contada la historia de tu primer contacto con el Espigüete. La he leído con verdadero placer. La palabra, el verbo y el adjetivo, expresan, animan y califican con claridad y precisión el relato, tienes madera de escritor, Vidal; no abandones el buen decir de esta bonita vivencia montañera. La escritura, el libro, le va al montañismo como anillo al dedo; de ahí que la bibliografía sobre naturaleza y montaña sea abundante. Escribir, relatar… ¡un libro! ¿Acaso hay algo más hermoso? Lo decía Borges: el paraíso debe de ser algún tipo de biblioteca. Un abrazo, y a seguir por ese camino.- JT

Anónimo dijo...

Espectacular, gracias por este pedazo de documento, enhorabuena

Vidal dijo...

Muchas gracias Iván!!! Por Jose era lo menos que podía hacer, acabé de escribir el artículo el día que tuvo el accidente, que putada... un abrazo amigo! ;)

Muchas gracias Konico!, en efecto, casi me fastidia haber terminado el artículo porque ahora me voy a tener que buscar otra "investigación" para seguir disfrutando, ja, ja, ja... gracias por tus bellas palabras amigo! ;)

Muchas gracias Dario!, más que perseguido igual es que lo iba dejando para que no se acabara la investigación, je, je, je... pero bueno, ya se sabe que las cosas hay que hacerlas sin prisa para que salgan bien, je, je, je... un abrazo amigo! ;)

Muchas gracias Andrés!!!... no dudes en venir a conocer el Espigüete, porque además de ser una montaña superguapa, tiene unos "autocaravanaperfectos" a sus pies para hacer disfrutar a los que quieren verlo de lejos, je, je, je... y si vienes, avisa!, que subimos juntos para allá!!! ;)

Muchas gracias José!!! viniendo de quien vienen, tus palabras son todo un honor para mí... creo que es "culpa" de mi padre mi afición por contar cosas y le estoy muy agradecido por ello... me encanta hacerlo y contar historias sobre lo que se tercie, pero sobre todo de montaña, lo que pasa que soy un poco vago, ja, ja, ja... pero después de leer tus palabras prometo aplicarme e intentar practicar la escritura más a menudo! un abrazo y agradecido de leerte amigo!!! ;)

Muchas gracias Anónimo!!! ;)

Saludos Esgalleros para todos y Muchas gracias a todos por vuestras palabras y visitas!!! A Esgallaaaaaaaaaaaaaa!!! =D

Diego C. dijo...

Vidal, yo que estoy casado con una Díaz-Caneja de los de Sajambre, no veas cómo me ha gustado aprender algo más de historia de montaña y de su estirpe. Gracias y un saludo!

Anónimo dijo...

Sigo tu estupenda página y como enamorado del Espi, ésta es una de las entradas que más me ha gustado.
Gracias por el esfuerzo.
Joaquín de Burgos.

Vidal dijo...

Aupa Diego! muchas gracias por lo que me toca y que bueno lo de tu mujer, gran familia los Díaz-Caneja de Sajambre y con mucha historia! un abrazo amigo! ;)

Muchas gracias Joaquín! es todo un honor leer comentarios como el tuyo y por gente como tú es por la que existe este blog! muchas gracias amigo! ;)

Saludos Esgalleros para todos y Muchas gracias a todos por vuestras palabras y visitas!!! A Esgallaaaaaaaaaaaaaa!!! =D

Kike dijo...

Interesantísima y lograda publicación sobre esta bella montaña del Espigüete.
Para mí también fue lugar donde se gestó mi pasión por las montañas.
Así lo quise también reflejar en mi blog de rutas:
http://elblogdenaturkike.blogspot.com.es/2012/10/espiguete-2450-metros-rutas-sin-nieve-y.html

No está tan bien elaborado ni trabajado como esta entrada tuya...pero ya solo con las imágenes te lo dice casi todo.

Enhorabuena por este trabajo.
Un saludo:
Enrique

fosi dijo...

Gran trabajo de investigación que te agradecemos,he disfrutado mucho con esta entrada.
Gracias tambien por el enlace a la biblioteca digital.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Vidal fenómeno, me ha encantado este reportaje.
Me gusta la gente que expresa lo que siente, y tú lo has bordado!!.
Sigue así,¡¡enhorabuena!!

¡Un abrazo!

Vidal dijo...

Muy buenas Kike!, muchas gracias por lo que me toca amigo!... muy guapo tu homenaje al Espigüete, un placer descubrir tu blog, muchas cosas guapas he visto por allí!!! Enhorabuena también por ello!!! ;)

Muchas gracias Fosi!!!... me alegro de que te haya gustado... y lo del enlace a la biblioteca la verdad es que me hizo una ilusión tremenda encontrarlo y lo menos que podía hacer era compartirlo! un abrazo amigo!!! ;)

Muy buenas Jimena!, muchas gracias guapísima... todo un honor para mí leer tus palabras! un besote amiga!!! ;)

Saludos Esgalleros para todos y Muchas gracias a todos por vuestras palabras y visitas!!! A Esgallaaaaaaaaaaaaaa!!! =D

LosK2delasKumbres dijo...

Hola Vidal,
Agridulce reportaje,

*Las hazañas, la historia, los retos y el misterio de una mítica cumbre, narrado con una perfecta disección y con un profundo sentimiento, calando en los que nos pierde la Montaña.

*Y la tragedia de quien pierde la vida, haciendo grandes las montañas que carecen de dichos sentimientos.

A los pies del Espigüete estuvimos el año pasado y no pudimos ascenderla, (no por culpa de la
montaña) pronto tendremos otra oportunidad espero esta vez llegar a poder disfrutarla y contarlo.

Saludos

Vidal dijo...

Muy buenas K2eros!!!, agridulce como la vida misma, esa vida que tan buenos momentos nos hace pasar y al rato siguiente nos arranca las lágrimas... esa vida que nos quiere enseñar que cada segundo vale oro y no debemos desaprovechar ni uno solo!... seguro que el Espigüete os dejará subir la próxima vez, ya lo veréis!!!... y nos lo tendréis que contar, por supuesto, sino no vale, je, je, je!!! ;)

Saludos Esgalleros para todos y muchas gracias por vuestras palabras y visitas!!! A Esgallaaaaaaa!!! =D